He leído toda la historia, y en mi opinión particular, el comportamiento de las temperaturas de vuestros coches es completamente normal.
Dependiendo del tipo de motor, puede tardar un poco más en calentarse, sobre todo en los diésel, que tienen un rendimiento térmico mayor, o sea, que transforman más calor de la combustión en energía mecánica, con lo que se pierde menos calor en la refrigeración del motor.
En cuanto a las temperaturas que alcanza un motor turbodiésel en su funcionamiento, dependen fundamentalmente de la carga a la que sometamos el coche. En ciudad las paradas y arranques son continuos, pero eso se vé compensado por el escaso régimen que alcanza el motor, con lo que es normal que se caliente menos, a lo que se añade el exceso de aire con el que habitualmente trabajan estos motores, lo que aumenta su refrigeración interna. En los motores de gasolina suele suceder lo contrario, fundamentalmente porque su rendimiento térmico es menor y pierden más calor en la refrigeración, que se calienta más, amén de que en las cargas parciales funciona con menos cantidad, tanto de aire como de gasolina, lo que tampoco contribuye a aumentar su refrigeración interna.
En altas cargas, por ejemplo circulando por carretera a alta velocidad y sobre todo si se arrastra caravana o se sube una pendiente prolongada, la situación anterior se invierte. En un turbodiésel aumenta la cantidad de aire, pero mucho menos de lo que en proporción le corresponde con respecto a las cargas bajas (ciudad), pero lo que aumenta mucho más es la cantidad de combustible, para obtener mayor potencia en ese momento, lo que lógicamente hará elevarse la temperatura; en este punto cabe decir que 100ºC es una temperatura completamente normal para un motor en esas condiciones, incluso diez grados más sería admisible. En un motor de gasolina volvemos a encontrarnos la situación contraria: aumenta la carga, pisamos el acelerador y se abre la mariposa de gases, entra más aire y, aquí está el meollo, más gasolina, incluso con ligero exceso de ésta, que al vaporizarse absorbe calor y aumenta su refrigeración interna, a lo que también ayuda el aire que atraviesa el radiador con la velocidad del coche.
Yo he tenido coches de gasolina y turbodiésel y el comportamiento de la temperatura ha sido como los descritos:
-En los turbodiésel, van menos calientes en ciudad y más calientes en autopista, sobre todo si subes pendientes.
-En los gasolina, van más calientes en ciudad y menos en carretera, aunque también pueden elevar un poco su temperatura (no tanto como el turbodiésel) si subimos una pendiente prolongada con el coche cargado hasta los topes.
Bueno, vaya tocho me ha quedado, espero haberme explicado bien. Un saludo.