Comparativa Citroën C4 Grand Picasso 2.0 HDi 138 CV CMP Exclusive Vs Opel Zafira 1.9 CDTi 150 CV Cosmo
El placer de viajar en familia
De un tiempo a ésta parte los monovolúmenes han aumentado su oferta de transporte de un considerable número de pasajeros llegando a convertirse en auténticos salones rodantes, ideales para hacer más placenteros a conductor y ocupantes los largos viajes. Buen ejemplo de ello son estos dos monovolúmenes compactos cuya capacidad de enmascarar las plazas es todo un derroche en practicidad a la hora de paliar las necesidades de equipaje de una familia numerosa. Culpa de este buen remedio lo tiene el sistema Flex 7 que Opel inventara para el Zafira, que evitaba sacar ningún asiento del vehículo, sino que los plegaba y en el caso de la tercera fila se escondían bajo el piso del maletero. Incluso podíamos pasar de contar con siete plazas a cinco o tan sólo una si abatimos el asiento del acompañante disponiendo de un espacio de carga similar al que pueda ofrecer un vehículo industrial.
Corregido y mejorado
Ciroën en su C4 Picasso ha tomado buena nota de esta idea e incluso la ha mejorado con la introducción de asientos independientes en las tres butacas de la segunda fila, en lugar de ser una banqueta fija corrida como la de su rival. Esto evita mover a todos los pasajeros a la hora de adentrarnos a la tercera fila. Tanto en uno como en otro lo único que echamos en falta es la introducción de unas puertas correderas, que facilitarían un mejor y más cómodo acceso al habitáculo.
La tercera fila en ambos modelos –con asientos independientes- se encuentra más destinadas a los niños, ya que la altura para la cabeza se queda muy justa para alojar a adultos.
Queda claro pues, que la modularidad como tal es la primera faceta que enfrentan abiertamente nuestros protagonistas en un segmento superventas en el que el C4 ha puesto ya ha puesto la primera piedra para convertirse en el rey.
Luminosidad ante todo
Citroën no quiere dejar ventaja alguna a su veterano rival optimizando las cualidades de éste. Favorecido por unas mayores cotas exteriores, el Picasso una habitabilidad ligeramente superior a la del Zafira. No sólo es más largo, ancho y alto, sino que establece una de las mayores superficies acristaladas del segmento con 6,4 metros cuadrados. Esto le otorga una mayor luminosidad, que sale de combinar los finos pilares que sujetan un enorme parabrisas central, que asciende hasta parte de un techo prácticamente cubierto en su totalidad por una superficie acristalada. Aunque para ser justos el Zafira también presume de luminosidad gracias a contar con dos superficies acristaladas, que discurren longitudinalmente a lo largo del techo y que ofrecen la posibilidad de acoger pequeño objetos. Circunstancias que sirve para paliar la escasez de huecos respecto a un Picasso, que saca la delantera al ofrecer hasta cuatro guanteras a lo largo del salpicadero, siendo una de ellas refrigerada.
Respecto al puesto de conducción, aunque ambos cuentan con características comunes propias del segmento al que pertenecen como un asiento más alto con relación al suelo y los pedales, ofrecen características propias que los difieren. El C4 destaca por los grandes butacones, que cuentan en el acabado “Exclusive” con un mullido más firme que el resto de versiones de la gama, que favorecen nuestro acomodo a la hora de coger una posición idónea para la conducción. El Zafira aporta unos asientos más delgados, aunque por forma y mullido de los mismos, recogen al cuerpo con mayor sujeción.
El Zafira, más prestacional
Presentados los argumentos interiores que mejor definen nuestros contrincantes en esta contienda familiar queda por averiguar cómo se comportan las plantas motrices así como sus bastidores, verdaderos artífices de las cualidades dinámicas que tratan de ofrecer a sus ocupantes. En cuanto a sus mecánicas ambos recurren a motores turbodiesel multiválvulas de inyección directa, que superan con creces la centena de caballos, aunque difieren en las transmisiones a las que van asociadas. El C4 Picasso monta el turbodiesel más potente de la gama, un 2.0 HDi 16V de 138 caballos, que se asocia impepinablemente al cambio manual pilotado de seis relaciones denominado por la marca francesa “CMP”. Toda una inteligente transmisión que con sus cuatro posiciones: punto muerto (N), marcha atrás (R), manual (M) y automática (A) aporta interesantes ventajas como es la de prescindir de gatillo de seguridad para permitirnos pasar, por ejemplo de quinta marcha a punto muerto o marcha atrás sin limitaciones de paso de una velocidad a otra, dado que el motor gira en vacío. Además cuenta con levas fijadas en el volante fáciles de accionar.
El Zafira, por su parte recurre a un motor de origen Fiat montado sobre la base de un 1.9 litros 16 válvulas de 150 caballos de potencia, que se encuentra asociado a una transmisión manual de seis velocidades, rápida de accionamiento, con un buen tanto y con unos desarrollos bien escalonados.
Sobre el terreno queda claro que el CDTi del Zafira impone su mayor potencia, pues resulta ser más suave y progresivo que el de su oponente. Aunque conviene dejar claro que siempre y cuando superemos la barrera de las 2.000 vueltas, ya que por debajo de éstas poco hay que rascar. Las lentas transiciones del cambio pilotado del modelo de Citroën junto a su mayor peso en báscula -1.750 kgdel C4 frente a1.650 kg del Zafira- le dejan por debajo de su rival en términos prestacionales. También resulta ser menos gastón logrando establecer una media en torno a 7,7 litros/100 km frente a los 7,1 litros/100 km. frente que registra el modelo de Opel.
Dinamismo frente a confort en marcha
A la hora de entrar a valorar el comportamiento dinámico vuelve a imponerse el Zafira que aporta un mayor aplomo que el Picasso ya sea en carretera abierta como de montaña, donde el balanceo es muy sostenido y menor, en cualquier circunstancia que el del Picasso. De esta manera, el modelo germano se muestra más veloz a la hora de realizar de una manera más rápida los cambio de dirección, pues no llega a subvirar tanto como un Picasso al que le pasa factura a un tren delantero, menos incisivo que el de su oponente. Sin embargo en el modelo de Citroën, el trasero dotado de suspensión neumática se encarga de mantener un alto estándar de confort, que sólo se quiebra cuando el firme se encuentra muy bacheado.
Gran parte de culpa del aplomo en marcha que muestra el Zafira lo tiene el IDS Plus, un sistema que se sirve como opción y que permite variar continuamente el ajuste de los amortiguadores, así como el hecho de contar con una dirección más precisa y rápida que la de sus oponente que con sólo dos vueltas y media de volante permite un diámetro de giro inferior a los 11,0 metros, frente a las 2,7 vueltas y 11,4 metros de radio de giro del Picasso.
Donde sí saca pecho el Citroën es a la hora de detenerse con mayor eficacia, pues los frenos ofrecen un buen tacto, son fáciles de modular y aguantan un tacto más intenso que el del modelo de Opel. Basta señalar que en el umbral desde los 140 km/h de velocidad necesitas 79,1 metros para detenerse frente 72,2 metros que emplea el modelo vanguardista Picasso.
C4 Picasso, más completo
La elección de optar por las versiones más equipadas convierten a nuestros protagonistas en auténticos salones rodantes con los que disfrutar en largos trayectos tanto en confort como en seguridad. Analizados al detalle el Picasso en su más alto acabado “Exclusive” se muestra más completo en este apartado con elementos tan originales como el cambio el cambio de color del cuadro de instrumentos, el freno eléctrico incluido, a los que añade complementos como el airbag de rodilla o el sensor de aparcamiento.
Por su parte el Zafira aguante bien el envite de su rival en su bien asentada segunda generación dentro de su larga trayectoria. Tan sólo se echan de menos elementos como el airbag lateral trasero y el climatizador bizona.
Analizados al detalle, nuestra decisión final se torna al lado del Picasso pues a pesar no contar con el carácter dinámico y nivel de prestaciones del Zafira, es todo un ejemplo a la hora de transformar su habitáculo darle distintos usos. Además su confort el confort en marcha, junto a su buena relación precio/equipamiento le colocan en la posición más privilegiada del segmento.
Nota Opel Zafira: 8,1
Habitabilidad 8
Prestaciones 9
Consumo 8
Seguridad 8
Equipamiento 8
Calidad-precio 8
Nota Citroën C4 Grand Picasso: 8,3
Habitabilidad 8
Prestaciones 7
Consumo 8
Seguridad 9
Equipamiento 9
Calidad-precio 9
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