Pues hombre, pepetoni, lo que te dice tu mecánico es cierto, y no es difícil de entender. Simplemente hay que separar los dos conceptos, fuerza y potencia. Por fuerza entendemos el par de giro, es decir, la fuerza que hace el motor al girar. Se le llama par porque es lo mismo que cuando giramos el volante de la dirección: hacemos fuerza con una mano hacia arriba y otra hacia abajo, dos fuerzas iguales y en sentidos contrarios (dos=un par) que hacen girar el volante con una fuerza de giro igual al valor de la fuerza multiplicado por el radio de giro del volante; la unidad en que se mide esto es distancia x fuerza, o sea, metros (radio del volante) x kilos de fuerza. Otro ejemplo: cuando nos dicen que para apretar las tuercas de la rueda hay hacerlo al par de 9 mkg., lo que significa es que tenemos que hacer una fuerza de 9 kilos en el extremo de una barra de 1 metro de larga, o al revés 1 kilo en el extremo de una barra de 9 metros, estando en ambos casos el otro extremo de la barra sujeto a la tuerca, que en este caso será su eje de giro; como no tenemos una llave de 9 metros de larga, ni si quiera de 1, la que viene con los coches es de unos 30 cm (0,3 m.), pues en la práctica haremos una fuerza de 30 kg., con lo que conseguiremos el par de apriete de 9 mkg. (0,3x30=9). Una última observación es que, aunque no consiguiéramos mover la tuerca, el par de giro se aplica realmente.
Pues bien, el motor hace igual, una fuerza de giro o par motor, que multiplicado por las revoluciones nos dá la potencia en cada instante de funcionamiento del motor. Además hay otro factor importante, y es que los motores, tanto gasofa como diésel, no tienen constante el par motor, sino que éste crece y decrece a determinadas r.p.m. En los gasolina suele ser más constante, aumentando hacia altas vueltas; en el diésel atmosférico (no turbo) es casi constante y en el turbodiésel tiene una fuerte subida a bajo-medio régimen para luego decrecer rápidamente. La combinación de estos factores es el meollo de la diferencia de comportamiento entre un diésel y un gasolina.
En los motores diésel la explosión de la mezcla de aire y gasoil es muy enérgica, de ahí su seco sonido particular, y por ello proporcionan un par motor más elevado que los de gasolina (giran "con más fuerza") pero al mismo tiempo tienen una velocidad de giro menor, como todos sabemos, debido a que, como la mezcla explosiva aire-gasoil se tiene que formar dentro del cilindro en el mismo instante en que debe explotar, tiene un pequeño retardo de reacción, lo que no la deja tiempo para explotar correctamente a partir de cierta velocidad de giro del motor, es cuando notamos que a partir de 4.500 rpm el motor "se acaba".
En los gasolina, en cambio, lo que penetra en el cilindro desde el primero momento es la mezcla ya formada de aire y gasolina, que se hace explotar en el momento adecuado mediante la chispa de la bujía, pero esta explosión resulta menos enérgica que la del motor diésel, con lo que el motor gira con menos fuerza, pero por contrapartida, al no tener los inconvenientes de formación y explosión de mezcla (está formada desde el inicio) puede girar mucho más rápido que los diésel, compensando las diferencias.
Esto ya nos determina la diferencia de comportamiento entre un tipo y otro de motor. En el diésel, especialmente si es turboalimentado, la respuesta al acelerador es contundente y además se desarrolla en un intervalo de revoluciones relativamente breve, lo que dá una agradable sensación de aceleración. En el gasolina la respuesta es más lineal y hay que subir el motor de vueltas para obtener esta misma aceleración, además de necesitar un intervalo de revoluciones mucho mayor que en el diésel para conseguirla, con lo que la sensación que percibe el conductor es que el coche de gasolina no "tira" tanto en el uso normal que todos hacemos de un vehículo. Si vamos siempre "de carreras" y con el motor alto de vueltas constantemente, se obtienen aceleraciones fulgurantes y sensaciones que con el diésel no es posible conseguir en estas condiciones de funcionamiento. Recordemos que la potencia se obtiene multiplicando el par motor por la velocidad de giro.
Luego está la cuestión del ruido y vibraciones, mucho menores en un motor de gasolina, pero este aspecto es muy subjetivo y depende del gusto de cada uno. Y si me apuráis, también depende de las preferencias personales en cuanto al comportamiento del motor. Yo tengo dos coches el Zafi diésel y un Subaru de gasolina, vaya por delante que estoy contentísimo con los dos, cada uno en su faceta: El Zafi realiza los adelantamientos con total suficiencia y sube las pendientes prácticamente sin cambiar de marcha, pero mi Subaru tiene un sonido precioso cuando hago un adelantamiento a 5.500 rpm o cuando en una pendiente, que no sube tan bien como el Zafi, hago doble embrague para reducir de marcha y sale disparado como si le hubiese picado una avispa.
Bueno, espero que es sirva de algo mi ladrillazo. Un saludo a todos.