- Cariño, te he traído la lámpara de Aladdin vacía.
- Serás idiota, ¿para qué quiero esa *** vacía?
- Para que guardes tu *** genio, ¡histérica!
- ¡Eso!, ¡Ahoguen a ese hijo de ***!
- ¡Cállate abuela!, estamos en un bautizo.
Me implantaron células madre y ahora no paro de escuchar una voz interna que me llama a poner la mesa permanentemente.
He probado a usar el chocolate como sustitutivo del sexo, pero los Toblerones se me parten cuando me los meto por el culo.
- Tu comentario estimula las glándulas sudoríparas de mi miembro viril.
- ¿Qué?
- Que me suda la ***.
- Ayer asistí a un curso de crítica constructiva.
- ¿Y qué tal?
- Fue una *** ***.
Mi novio cree que soy un poco posesiva, pero, ¿y lo bien que salimos los dos en su foto de carnet?
- Eres un egocéntrico.
- ¿Yo?, pues anda que yo.
- ¿Bomberos? ¡¡Mi casa está ardiendo!!
- ¿Dónde se originó el fuego?
- En la prehistoria, yo qué *** sé, pero ¡vengan ya!
El gato de mi novia murió, así que me pidió que le comprase otro igual. No sé qué *** va a hacer con dos gatos muertos...
Mi abuelo se ha casado recientemente con una chica de 23 años que creemos que es muy católica. No para de hablarnos del nuevo testamento.
Dices que sólo te quiero por el sexo... pero es mi corazón el que bombea toda esa sangre hasta mi *** por ti.
- A mí me han circuncidado.
- ¿El rabino?
- No me seas cursi, la ***.
- Mamá, ¿puedo usar el coche?
- No, no puedes sin mi supervición.
- ¡Uy!, perdón por no tener super-poderes como tú.