Hola compis,
Es inevitable. Es un efecto óptico asociado a la luna y la textura del material del salpicadero tiene poco que ver. Si bien es cierto que un material más pulido acrecienta el efecto, por muy rugoso que sea no es posible evitarlo.
Le pasa a todas las lunas puesto que son cónvexas. Da igual el coche (salvo los más antiguos que tenían lunas planas y sólo tenían problemas de reflexión óptica (como los destellos y reflejos). Uno de los motivos de llevar estas lunas convexas es evitar los destellos, especialmente de noche. Sin embargo, en el interior se produce otro fenómeno. Hay un punto donde se crea el foco de la luna (que está diseñado para que sea muy por debajo del salpicadero (si no, tendriamos problemas mucho más graves como la posibilidad de que ardiera el salpicadero). Sin embargo, con un determinado ángulo de incidencia, se produce una imagen secundaria refractada que parece un reflejo, pero no lo es (al estilo de cuando se forma el arcoiris al refractarse la luz a través de la humedad del aire) que solo es visible desde un determinado punto de altura de asiento.
Es decir, todos tenemos una altura determinada y, para nuestra altura, hay un ángulo de incidencia de la luz solar sobre la luna que crea este efecto. Es inevitable que alguna vez nos pase. Lo que ocurre es que si la imagen refractada tiene mucha intensidad, es muy molesto. Sólo hay una solución que yo sepa: dificultar el paso de la luz o en cristiano, llevar la luna sucia.
Me imagino que estos efectos los habréis observado con más intensidad cuando el coche estaba recien lavado ¿no? Probad a poner un folio y veréis que insufrible. El color oscuro del salpicadero obedece a limitar el efecto. La rugosidad ayuda, pero es secundaria.
Si tuvieramos lunas oscurecidas o polarizadas, no pasaría. Pero la DGT no las permite que yo sepa.
Un saludo,