¡Qué envidia me dais! ¡Qué recuerdos me trae El Tintero! Un sitio peculiar, distinto; esos camareros voceando los platos que llevan (¡Las puntillitas! ¡Los espetos!..) pero el mejor es el dueño, el cobrador: ¡A mí nadie me quiere ver pero, YO COBRO!
A ver si hay suerte y no os llueve.